En distintos países las leyes ya se han adaptado a esta nueva realidad, de las personas que cambian de sexo.
Hay también muchos países donde no ha habido todavía adaptación a estas nuevas realidades.
Las legislaciones necesitan adaptarse en diferentes aspectos: por un lado, respecto a las condiciones en las que se permite hacer las transformaciones físicas, y por otro lado, respecto a la posiblidad de cambiar el sexo y el nombre en los documentos y registros del estado. Además, en muchos casos, las leyes tienen que también forzar la aceptación social de lo que se ha legalizado, con leyes antidiscriminatorias.En Holanda, en especial, las leyes regulan los cambios de sexo con algunas condiciones:
Las personas que deseen ser oficialmente considerados del sexo opuesto al que figura en su acta de nacimiento, pueden hacerlo, si, además de pasar exámenes médicos y psicológicos probatorios de su identidad permanente, no están casados, y han perdido la capacidad de procrear.
Si lo desean, pueden también cambiar su nombre, pero no su apellido.
